ENCUENTRO CUIDADORES/AS TRAS LA NAVIDAD

Nos hacía falta volvernos a ver. Poco a poco vamos a aprendiendo a encontrar este espacio intimo en el que poder compartir como estamos. Cómo se encuentra nuestro corazoncito que tanto añora a nuestro familiar ingresado.
Esos sentimientos de  cuidado permanente, de no estar completamente seguros/as de la decisión tomada. Esa permanente duda sobre si encontraremos un lugar mejor en el que podamos llevarle, ese no descansar del cuidado...Forma parte de nuestra existencia. Incluso aquellos que ya no tenemos al familiar allí residiendo, nos embarga el corazón las personas que viviendo allí no reciben ninguna visita. También por ellos hay que velar. Quizás más que por ningún otro. 




Nos estamos acostumbrando a acudir a las reuniones con nuestro familiar. Y es entrañable poder conversar y tener allí a nuestra madre junto a nosotros. Se hace más cercano aún. Más rico, más humano. Nos faltaría la chimenea encendida y el paquete de castañas. Porque aquello comienza a parecerse más a una tertulia familiar. Podemos hablar de todo. Y sobre todo, podemos hablar de nuestros miedos. De nuestras dudas. De nuestras preocupaciones.

El saber que todos/as nosotros/as estamos compartiendo los mismos miedos, también nos hace conscientes de nuestra realidad y de nuestra fortaleza. Sí es necesario un compromiso: CONFIAR. 
Confiar en que los/as profesionales que allí trabajan, muchos de ellos sienten muy cercano el cuidado de las personas que allí residen. Son nuestros colaboradores, no nuestros enemigos. Y eso cuanto antes lo tengamos claro, mejor será para nosotros y para nuestro familiar.
Seguiremos confiando y deseando en mejorar lo que haga falta, y mientras tanto no dejar de estar aquí. 

Comentarios

Entradas populares