APRENDER A CONVIVIR CON LA TIRANIA DE LA PERSONA ENFERMA
LA TIRANIA DE LA
PERSONA ENFERMA, UNA ACTITUD CONCRETA QUE HAY QUE RECONOCER.
En nuestro trabajo habitual contemplamos en alguna ocasión visitas domiciliarias a personas cuidadoras que
solicitan que vayamos a verle en algún momento. Se trata de personas a las que
conocemos porque forman parte de algún grupo de ayuda mutua, y que por
problemas de empeoramiento de su familiar, ahora no pueden salir de casa como
antes.
Vamos a verla ¿Qué nos cuenta?
Nos cuenta cómo cada vez su marido, que padece una enfermedad
degenerativa, cada vez, le trata peor. Aunque aún está en las fases iniciales. Precisamente
porque se encuentra en las etapas iniciales, la persona enferma en este caso,
tiene momentos de lucidez, tiene momentos en los que se da cuenta de cuál es su
situación, y de cómo la enfermedad le va a limitar.
La persona cuidadora principal debe saber que esto puede
suceder y cuando suceda, qué hacer. Normalmente, y como nos confiesa nuestra amiga, “es como si su marido no la quisiera”, como si no pensara todo lo que se
esfuerza ella por agradarle, lo que sufre cuando lo ve asi, nos dice lo que le
cuesta ver que su marido no valora nada de lo que hace por él.
No existe una solución concreta a este problema porque hay
que atajarlo de forma individual. Cada persona y cada núcleo familiar necesitarán
una forma de abordaje diferente.
¿Cómo
actuamos frente a esta tiranía. ¿Cuál es la mejor forma de actuar por parte de
las familias?
¿Cuáles son estos comportamientos del paciente que a los cuidadores y cuidadoras nos desbordan?
Que esté de mal humor.
Que se queje continuamente de lo mal que está
Que nada de lo que hagamos por él /ella, le agrada.
Que se queje de lo mal que le hacemos las cosas, de lo mal que le cuidamos.
Que la comida no está buena nunca, que está salada, que está sosa, que está caliente o fria.
...
Este tipo de conductas son diversas y permanentes y pueden hacer
perder la paciencia a cualquiera.
En enfermedades degenerativas, pero también en enfermedades
cronificadas en las que por ejemplo existe mucho nivel de dolor, no mitigado ni
siquiera con calmantes, el que la persona esté irritable y con esta actitud, es
lo más generalizado. Llamamos a esto actitud de tiranía del paciente, porque se
comporta realmente asi. Es una reacción centrada en ellos mismos, de forma
egoísta, que no tiene en cuenta ningún tipo de consideración hacia las personas
que le cuidan. El sufrimiento que están padeciendo sea físico o psicológico, es
tal, que se ven de alguna forma en el derecho de hacer, decir lo que les
parezca.
¿Qué hacen los familiares en estos casos? Pues en mas casos
de lo que deberíamos, reforzamos estos comportamiento, y hasta lo justificamos,
pensando: “dejale, con todo lo que está sufriendo…o con lo que tiene
encima…Esto lo único que genera es una tiranía mayor y un falso respeto que
agota y elimina los vínculos afectivos familiares.
Dice Miguel Angel Climent, psicólogo valenciano que dos de las palabras
que más recomienda a sus pacientes en estos casos, son las mismas que les
enseña a sus hijos que son: perdón y gracias. En algunos casos será necesario
arriesgarse a hacer ver a la persona enferma que se está sirviendo de esta
actitud de tiranía, que su familia está a su lado, porque quiere, no porque
tenga ninguna obligación adquirida. Se supone que las familias se ayudan y se
protegen, y especialmente en situaciones de dificultad, pero se ayudan y se cuidan
todos, no unos y otros maltratan. Yo te cuido, y tú, persona enferma que me
necesitas ahora, cuido de ti, para que me cuides mejor.
Es necesario acudir a los sentimientos. Son fundamentales en
las relaciones de ayuda. Y aceptar el dolor de nuestro familiar y comprenderle,
no significa aceptar que nos haga daño con su conducta hacia nosotros. No es lo
mismo, comprenderle que justificar su conducta.
Comentarios
Publicar un comentario