CONTROLAR TUS TEMORES (I)

Todas las ideas negativas tiene su origen en algún temor. Aunque te extrañe esto que te digo, y te pueda parecer contradictorio, a veces el temor es bueno. Si te fijas, los síntomas que acompañan a un gran temor, son los mismos o muy parecidos a los que surgen ante una gran excitación agradable. 

Compara por un momento la ansiedad que sientes cuando tienes que hablar ante un auditorio grande. Es muy similar esa sensación en el estómago a cuando conoces a la pareja de tus sueños. 

En entrenamiento deportivo o actoral, por ejemplo, esta excitación previa al momento de la prueba o del estreno, se encauza a transformarla en la energía previa activadora para tener un rendimiento de éxito. 





No temer nada, no es tan bueno como parece. Porque es como si no nos importara aquello que sucede. Como si ni siquiera se produjera la más mínima activación en nosotros/as. La emoción previa del riesgo, del desafío es al fin y al cabo lo que nos permite avanzar y aprender.
El temor sólo se convierte en un obstáculo cuando bajo su influencia, nos dejamos llevar hacia la no acción. Al inmovilismo, al panico que nos bloquea.

La más habitual de las reacciones de pánico es el "aplazamiento de las cosas". Aplazar nuestras acciones y decisiones es una máscara que oculta algún temor. Es posible que posterguemos alguna acción porque tememos fallar o tememos tener éxito, (porque este éxito conlleve alguna consecuencias que creemos no sabremos afrontar, como la popularidad, la toma de decisiones, una mayor responsabilidad...). Reconocer este temor nos lleva a vencer la tendencia a dilatar la acción. La clave está en descubrir que hay detrás de esta actitud de pánico y buscar estrategias que nos permitan erradicarla una vez que vemos su irracionalidad.   

Comentarios

Entradas populares