DONDE HAYA DOLOR Y MIEDO, NOSOTRAS PONDREMOS HERMANDAD

No hay nada que enseñe más y de modo más auténtico, que la vida misma. Las experiencias de nuestra vida diaria, las personas con quienes nos encontramos cada día, son libros vivos que nos transmiten profundas y verdaderas enseñanzas que no olvidarás jamás. 
A veces no comprendes cómo las personas tienen que verse obligadas a pasar por circunstancias como éstas: ser objeto de miradas de odio, de mentiras, de ataques injustificados, de daño gratuito...y no quisiera imaginar tener que pasar por estas vivencias en soledad. 
No le deseo esto a nadie. 

En la mañana de hoy, en medio de esta sociedad del bienestar, de las leyes de igualdad, de protección, de seguridad...a muy pocos metros del agresor y en condiciones frías, deshumanizadas, ajenas al dolor humano y al más horrendo de los sufrimientos, he experimentado el significado de la palabra hermandad.





Trasladado a un grupo de mujeres sencillas de nuestro entorno, que durante meses han creado un vínculo diferente, estrecho, sincero, más profundo si cabe, que el de las familias de sangre, y allí estaban todas. Juntas, unidas en un solo corazón y en un solo sentir. Todas ellas centradas en el único objetivo del día: que su hermana de camino se sintiera protegida, arropada, vigilada, apoyada, acompañada. Sé que lo ha sentido así. Sé que hasta ha tenido un instante de sonrisa. El humor es la otra cara del amor. Sé que en lo más profundo de su corazón, ha experimentado la fuerza de todas y de cada una a su lado. 
Esto no es magia. Esto es amor verdadero entre personas que se apoyan y se quieren de forma auténtica. Sin esperar nada a cambio; sin exigir nada de vuelta. Tan sólo estando al lado de la hermana que sufre y necesita del otro. En este caso, de las otras. 

Se me estremece el alma cada vez que experimento estas sensaciones tan profundas. Y se  van los dedos en las teclas del ordenador, porque me queman por dentro las emociones, si no comparto tanto amor reflejado en los ojos y en la piel de estas hermanas de camino. 

Doy gracias al Universo por haberme permitido estar aquí hoy y haber visto en primera linea, el milagro del amor fraterno.  

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