EL MIEDO QUE NOS ACOBARDA Y NOS INMOVILIZA…

 

Me cuesta un enorme esfuerzo, entender a las personas que provocan miedo a las demás. Me produce un enorme dolor ver cómo un ser humano puede de forma consciente, voluntaria y directa, desear que otro ser humano se deje llevar por el pánico ante su presencia.

No me cuesta en absoluto entender cómo este proceso de generar miedo en el otro nace de la propia inseguridad de quién agrede. Se siente pequeño, minúsculo, insignificante ante los ojos del otro…y su única herramienta cree que es esa: la amenaza, la intimidación, el generar miedo.

Este sentimiento es demasiado común en nuestra sociedad actual. En concreto hay demasiadas mujeres sintiendo este miedo a salir a la calle, a ser agredidas en la oscuridad de una plaza o de un portal cuando salen del trabajo; a ser perseguida en coche cuando salen por la calle o acuden a un parque en compañía de sus hijos. Y todo eso generado por esa persona que un día fue compañero de camino, compañero de vida. ¿No hay nada humano en el corazón de estas personas? 

Por favor, no me digan que esto también es un invento…como tantas otras barbaridades que llevo escuchando en las últimas semanas. 

No me digan que esta realidad:  la violencia contra las mujeres, no es un problema de estado  de alto nivel que nos desborda por tanta incompetencia y tanto puenteo de competencias frente a la verdadera realidad que es única y muy sencilla de entender: "una mujer real con nombre propio y vida concreta, tiene miedo de salir a la calle". 

Pero es que además no es una única mujer. Son ya demasiadas. Y no forman parte de estadísticas de ningún tipo, porque aún no han sido asesinadas, o no están cuantificadas desde las múltiples agresiones verbales, psicológicas sufridas en una semana. Al otro lado del teléfono, las escuchamos cada día con su impotencia, sus lágrimas, su desesperación y también la nuestra, por no saber cómo ayudar a empoderar a estas mujeres extraordinarias que sólo desean vivir en paz.

Sólo puedo deciros una cosa, mujeres: 

"Sois guerreras de esperanza. Me demostráis tras cada llamada que no puedo rendirme porque vosotras aún no lo habéis hecho. Vuestro escudo es vuestra capacidad de levantaros cada día a pesar de todo; vuestra espada es vuestra pasión por la vida y las de vuestros hijos; vuestro sueño, descansar y dormir sin miedo; vuestra fortaleza, la red de mujeres sabias que habéis de construir entre todas y que os muestra en cada instante que no estáis solas. Si vivimos con miedo, damos el poder a quién nos amenaza. Y eso sí que podemos controlarlo. A quién nos asuste digamos: Aquí estoy y te miro de frente.   (Con todo mi cariño para ti, E. compañera de camino)

Comentarios

  1. Gracias,gracias por tus palabras de aliento,por tu empatía,por tu consuelo....porqué no encuentro palabras para expresar mi agradecimiento

    Para mi está siendo fundamental, saber que hay personas que me quieren ayudar,que se están volcando,y siento que me están ayudando, orientando,guiando,me están acompañando a salir de este mundo desolador,de pánico,de dolor,de mujeres totalmente derrotadas....heridas en todas las maneras... anuladas paralizadas...es cómo si cogieran tu mano y te guiaran en oscuridad ,como si te levantaran del suelo cuando caes porque no puedes más,es asi ,exactamente como lo siento desde que estás.
    Muchisimas gracias una y mil veces más

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares