EMPEZAR POR RECONSTRUIR... Y SONREIR

 




Ha pasado demasiado tiempo desde mi última entrada. Sí. Lo reconozco. Podría dar miles de excusas: el Covid, el agotamiento físico y mental, la desgana, la falta de tiempo...

Pero la razón fundamental es que no me apetecía en absoluto expresarme, ni compartir, ni siquiera sentir. Después de tantos meses de hibernación como los osos, tomo conciencia de la cantidad de cosas, experiencias y emociones que al no ser vividas ni compartidas, se han quedado en el camino. 

Quizás albergamos la esperanza (incierta, eso dí) de que algún día esta pesadilla termine. Y todo vuelva a la normalidad. "Nueva normalidad" lo llaman ahora a algo que no sabemos qué es realmente. Lo que sí es cierto es que hay cosas, instantes que jamás volverán. Y todo lo que no seamos capaces de vivir ahora, quedará para siempre en las sombras. 

Quiero empezar por algo simple. Un saludo por la calle. ¿Nos hemos dado cuenta de la cantidad de veces que nos escondemos detrás de las mascarillas? Muy monas, coloridas, floreadas, de lunares, con fotos impresas de nuestras mascotas...hay de todo en moda mascarillas. Pero están haciendo que nos volvamos huraños, solitarios, invisibles. ¿Crees que no sé quién eres porque te cubras la boca?- Pues claro que sé quién eres...pero si no quieres saludarme estupendo. ¿Crees que no te he visto? La mascarilla no puede ocultar todo tu cuerpo...solo tu boca y tu nariz ¿lo sabes verdad?

Y si hacemos sólo por hoy un esfuerzo por saludar y sonreir detrás de las mascarillas. Si sonreímos, nuestros ojos se ven. Os lo aseguro. Y la otra persona sabe con certeza que estamos sonriendo. Y además la sonrisa nos oxigena por dentro y nos hace que veamos el resto del día con otro color. Hoy pido perdón a todas aquellas personas con quiénes me he encontrado en el camino y a quien no he sido capaz de sonreir.      

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